Visitar la Alhambra sin pagar un duro

Si vienes a la WordCamp Granada y no has conseguido entrada para la Alhambra, no desesperes, no te vas a quedar sin verla. ¿Sabes que puedes visitarla sin pagar un duro?.

A ver, tiene truco, estamos hablando de visitar la Alhambra, aunque no verás ni los Palacios Nazaríes ni la Alcazaba, ni el Generalife. Pero sí que verás los jardines, podrás ver el Palacio de Carlos V, pasear por el bosque de la Alhambra, ver la increíble estampa que ofrece el Albaicín, y pasear por la Cuesta de los Chinos viendo algunas de las torres más desconocidas del monumento nazarí.

En cualquier caso, es un paseo obligado que te recomendamos. Se trata básicamente de rodear el monumento, entrando a la zona de los jardines y visitando algunos lugares de interés por el camino.

La ruta comienza en Plaza Nueva, desde donde podemos ver ya la imponente vista de la Torre de la Vela. A continuación comenzamos la subida de la cuesta de Gomérez, por donde, una vez que pasemos la pintoresca Puerta de las Granadas (debido a las dos enormes granadas que hay en su parte superior), nos internaremos por el bosque de la Alhambra. Hubo un tiempo, antes de la plaga que afectó a algunos de sus árboles, en que no había un solo rayo de sol que pudiera llegar al suelo.

Puerta de las Granadas

Inmediatamente después de pasar la Puerta de Las Granadas, a la izquierda parte un camino con más pendiente que la carretera, por el que continuaremos el paseo. No te preocupes, hay bancos, alguna fuente de agua y sombra todo el rato, aunque igual en la época de la WordCamp no es precisamente lo que buscas.

Cuando llegues al final de la cuesta, encontrarás una placeta en la que podrás beber un poco de agua y recuperar el resuello. Si te sientas en los bancos, podrás admirar la belleza del Pilar de Carlos V. Una bella fuente de estilo renacentista cuyos tres chorros de agua representan cada uno de los ríos que atraviesan la ciudad (Genil, Darro y Beiro).

Pilar de Carlos V

Ya recuperados, rodeamos el muro en el que se encuentra la fuente y encontramos la imponente Puerta de la Justicia, una de las entradas defensivas a la Alhambra. En la portada podemos ver, sobre la clave del arco, la llave y una mano. Dice la leyenda que el día que la mano alcance la llave, se destruirá la Alhambra dejando ver sus tesoros escondidos. Pero seguro que no queremos ver ese día, ya que el verdadero tesoro es la propia Alhambra. ¿No crees?

Entra, y pasarás un pasillo en forma de S, esta forma tenía una intención claramente defensiva, de forma que suponía un cuello de botella a los ejércitos que consiguieran entrar.

Tras pasear hasta el final de la calle, al girar a la derecha, veremos la famosa Puerta del Vino, pero antes de cruzarla vamos a asomarnos en la plaza del Aljibe. Su nombre se debe a que, bajo esta explanada, se esconde un enorme aljibe (un almacén de agua). Su existencia la delata la presencia del kiosko, dentro del cual hay un brocal de un pozo. Muchos hemos bebido agua en ese kiosko algún domingo de paseo con nuestros padres.

Desde aquí podemos ver a nuestra izquierda las torres Quebrada y del Homenaje, que dan paso a la Alcazaba. Esta zona es visitable con la entrada general del monumento. Pero lo que más nos va a llamar la atención es la fantástica vista del Albaicín, con su entramado de casas puramente árabe, las numerosas torres de sus iglesias. Es genial tratar de identificar los cármenes con sus fantásticos jardines interiores que nos recuerdan que las construcciones árabes se hacían para vivir la vida dentro de las casas.

Cuando veamos conveniente, retrocederemos nuestros pasos y, esta vez sí, cruzaremos la Puerta del Vino. De ahí nos dirigiremos hacia la entrada del Palacio de Carlos V, que se encuentra girando un poco a la derecha, aunque no nos perderemos por el contraste que hace con el resto del conjunto árabe. Se trata del único monumento con estilo renacentista italiano puro que hay en España. Podemos entrar a su patio circular y pasear por él, e incluso visitar el Museo de Bellas Artes de Granada, que se encuentra allí mismo.

Como curiosidad, decir que Carlos V y su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal, nunca habitaron este Palacio. Sí que vivieron temporadas en estancias adaptadas de los Palacios Nazaríes pero, tras varios terremotos fuertes (Granada es altamente sísmica), la emperatriz se fue a vivir al Monasterio de San Jerónimo y finalmente trasladaron la corte.

Desde aquí saldremos en dirección hacia la Calle Real, bordeando el Palacio, y pasaremos junto a la Iglesia de Santa María de la Alhambra hacia el Parador de turismo de Granada. Éste se construyó en un antiguo convento franciscano, y podemos entrar a su patio, lo que era la antigua iglesia, donde se encuentra el lugar donde una vez estuvo enterrada la reina Isabel La Católica y su marido el rey Fernando, antes de que fueran trasladados a la Capilla Real, en el centro de la ciudad, junto a la Catedral de Granada.

Desde aquí retrocederemos por la Calle Real, pero al llegar a Santa María de la Alhambra, giraremos a la izquierda y comenzaremos a bajar por la carretera. En la curva que hay a derechas, nosotros continuaremos de frente por un camino peatonal que circula paralelo a la muralla, desde el cual podremos admirar algunas de las torres que hay adosadas a ésta. 

Justo cuando pasemos una caseta de madera con una barrera, llegaremos a un restaurante que hay a la izquierda llamado Las Mimbres, y por ahí continuaremos para empezar a bajar la llamada Cuesta de los Chinos, que era el antiguo camino de subida al cementerio. En este lugar era típico que pararan los cortejos fúnebres para descansar, y en ocasiones llegaba el fotógrafo desde la ciudad y hacía una foto al finado junto con sus seres queridos, al cual apoyaban contra las paredes del camino. Esto hay que entender que ocurría a finales del s. XIX y principios del s. XX, una época en la que quizá la única fotografía que una persona podía llegar a tener en su vida era en estas circunstancias tan desafortunadas.

Aparte de esta macabra anécdota, el paseo es muy bonito, y discurre junto al agua (siempre presente en los paseos por la Alhambra), en el cual podremos admirar la torre de la Cautiva, entre otras.

Poco a poco iremos llegando al final de este camino, que muere en el Río Darro, el cual cruzaremos por un pequeño puente. Desde aquí seguiremos hacia la izquierda, donde rápidamente nos encontraremos en el Paseo de los Tristes (ya contada la anécdota anterior, se comprende a qué se refiere el nombre). A lo largo de este paseo, será inevitable ver la imponente estampa de la Alhambra, que queda a nuestra izquierda. Ojo con el síndrome de Stendhal, que está a la orden del día y no solo se da en Florencia.

Al pie de la Alhambra es curioso observar un pequeño edificio que parece una casa de muñecas. Se trata del conocido en Granada como el Hotel del Reuma (suponemos que por la constante humedad del río). Se trata de un lugar muy pintoresco con un fondo espectacular.

Continuamos por la Carrera del Darro, un paseo muy agradable a pesar del constante paso de microbuses y taxis. Por aquí podremos ver el Museo Arqueológico de Granada, el convento de San Bernardo y el de Zafra, la iglesia de San Pedro y San Pablo, justo al pie de la Torre de Comarex en la Alhambra. También hay que destacar el impresionante Tajo de San Pedro que queda frente a nosotros. Si continuamos, nos encontraremos en la otra margen los restos del Puente del Cadí, un antiguo puente defensivo que impedía el paso a través del río, y en nuestra orilla podremos visitar el Bañuelo. Se trata de unos baños árabes muy bonitos.

Continuamos por la Carrera del Darro, no sin admirar el río y su vegetación, y las callejuelas del Albaycín, que queda desde hace rato a nuestra derecha.

Finalmente desembocaremos en la plaza de Santa Ana, donde se encuentra la Iglesia de San Gil y Santa Ana, y la famosa Fuente del Toro. En todo momento hemos podido ir admirando la fachada más conocida de la Alhambra desde abajo, una vista privilegiada que merece la pena conocer.

Tras pasar la Real Chancillería, sede actual del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que queda a nuestra derecha, finalizaremos nuestro paseo en la Plaza Nueva, lugar del que partimos.

Concluyendo, si no conseguiste entradas para la Alhambra, no se puede decir que no has podido verla. Si no lo has hecho, no tienes excusas.

Este paseo se puede hacer, parando tranquilamente en los diferentes lugares, en unas tres horas, sin parar se podría hacer perfectamente en una hora. Pero hay que tener en cuenta que el desnivel es considerable, ya que se sube la colina de la Alhambra casi completamente desde el nivel de la ciudad. Por ello, aconsejamos que la ruta se haga tranquilamente, paseando y disfrutando de las maravillas que se van a ver.

Por otro lado, la ruta se puede hacer tanto de día como de noche, con la salvedad de que el Palacio de Carlos V estará cerrado. No obstante, ver la Alhambra iluminada y el Albaycín de noche es una experiencia altamente recomendable. En este caso, hay que advertir que la Cuesta de los Chinos puede estar un poco solitaria según la hora, si bien normalmente no es habitual que suceda nada. Por supuesto el paseo por el Paseo de los Tristes y la Carrera del Darro es absolutamente espectacular de noche.

En el caso de hacer la ruta de noche, una variante recomendable puede ser volver desde el Palacio de Carlos V por el bosque de la Alhambra, y al llegar a Plaza Nueva, girar hacia la Derecha y hacer la ruta de la Carrera del Darro en sentido Paseo de los Tristes. Así evitaremos la Cuesta de los Chinos. Además, podemos terminar cenando en uno de sus bares y restaurantes, que son muy recomendables.

Esperamos que tengáis oportunidad de aprovechar esta WordCamp para conocer al menos el monumento más emblemático de nuestra ciudad.