Su origen se remonta al periodo nazarí, debiendo desempeñar un papel importante debido a su proximidad al núcleo comercial de la ciudad: son todas esas calles pequeñas que salen «hacia arriba» conformando la Alcaicería: antiguo mercado de seda bruta que fue evolucionando hacia productos elaborados. A la derecha se encuentra la calle Zacatín, en árabe «mercado de ropas», que de alguna forma sigue ejerciendo esa función desde hace algunos siglos.
En esta plaza a lo largo del tiempo ha habido mercados, se han hecho justas a caballo, corridas de toros y se han celebrado fiestas. Fue la reina Doña Juana la que ordenó comprar casas de alrededor para darle su distribución actual, convirtiéndola en el centro neurálgico de la ciudad, alojando en la Casa de los Miradores (1583) la Real Aduana de especiería, de paños y lienzos, y otros organismos oficiales.
El curioso nombre del Arco de las Orejas, principal vía de acceso a la plaza hasta su demolición y traslado tiene, como casi todo en esta Granada antigua, varias posibles explicaciones: la más extendida quizá es la de que en este «arco de los cuchillos», donde se exhibían las armas incautadas a criminales y maleantes.. también se colgaban orejas y manos cortadas como castigo. Pero antes de eso tuvo el nombre de Bab-Al-Rambla, puerta del arenal (que da nombre a la a plaza hoy día) por el sencillo hecho de estaba ubicada en los arenales del río Darro (que, recordemos, hoy día pasa bajo la calle Reyes Católicos, junto al Ayuntamiento).
Quizá lo más destacable de la plaza en el momento actual sea la fuente que se erige en su centro: Fuente de los Gigantones, que estaba ubicada en el paseo del Salón hasta 1892, cuando allí se situó el monumento a Colón (pero ese es otro punto de esta historia, dio varias vueltas esta fuente). Posiblemente se trate de la fuente más antigua de Granada, construida en el s. XVII con piedra de Sierra Elvira.
Reto en este punto
Consigue tu foto donde aparezca la fuente, ¡y poned cara de gigantones con el brazo sobre la cabeza!